11.5.15

La nueva vida de una consola retro | DIY makeover for a 60's console



Ya queda muy poco para tener lista la boutique, y desde hace unos días como habréis visto por las redes, hemos adornado la obra a pie de calle con una pancarta de 'muy pronto' que está llamando muchísimo la atención por su originalidad y que veréis estos días si pasáis por la avenida de Andalucía. Me gusta esa sensación de compartir y de ir contando cosas, ya lo sabéis. Y como esta boutique es muy especial en todos los detalles que va a tener, hoy os cuento uno de ellos. Porque 'el diablo está en los detalles'.

Éste está relacionado con la parte más personal del proyecto, la he te hace implicarte de forma directa. Y es que en la decoración no todo es comprar y poner, prefabricado y hala. No. Hemos querido actuar, y cuando contacté con María para el diseño, las dos tuvimos muy claro que habría DIY. Formar parte activa, que el espacio tenga 'alma' y que cuente cosas.


A finales de diciembre ya andaba dándole vueltas al proyecto y antes de incluso de hablar con María. Ya por aquel entonces tenía claro que el estilo nórdico era el que me gustaría que tuviera la boutique. Cuando en enero María me propuso las primeras ideas, una de las piezas que proponía para la decoración era una consola de aire retro pero con un toque más actual, que sería el lugar donde ubicaríamos el rincón más puramente nórdico, el menos funcional en el sentido estricto de uso de la boutique, pero el más decorativo y el más personal. Y me enseñó esta preciosidad que había visto en la web del Rastronauta.

Lo siguiente fue ir 'corriendo' a ponerme en contacto con Alberto, la mente inquieta detrás de El Rastronauta, y cuando me dijo que la consola estaba aún disponible (albricias, pensé), enseguida se la reservé.


Estaba en perfecto estado, con la huella de las décadas y del uso, cosa que adoro, pero en perfecto estado. Lo único que tenía de inconveniente era el color. La boutique es muy luminosa. Hay mucha presencia de blanco. Habrá madera, pero en tonos muy neutros, puros. Y algún detalle de color, como el magenta Balbina Arias, que irá salpicando por aquí y allí; verdes, cobres... Pero todo en una gama muy escandinava. Así que aunque la materia prima la teníamos, la consola ya 'sabía' que iba a sufrir un cambio de imagen. Y ese cambio de imagen tenía que ser 'handmade'.

Blanco y color madera sin tratar. Esa sería la clave del DIY.

Para el lacado en blanco al final me decidí a llevarla a una carpintería profesional. No me sobraba el tiempo, estaba bastante agobiada con tantas cosas por hacer y además, no me fiaba de mi lacado y que mis brochazos se notasen más de lo debido, así que aunque sabía seguro que no iba a ser difícil hacerlo yo misma, no quería que tuviese un acabado rugoso o demasiado rústico; y eso, unido a la falta de tiempo, me hizo tomar esa decisión. Francisco de Rodimu (Estepa) me dio un presupuesto por el lacado. Así que el lacado es la única parte que no hice yo misma.


Lo primero fue quitarle los tiradores, unos preciosos apliques de latón, muy oxidados, apagados y con un exceso de pátina que necesitaba urgentemente quitar para devolverles su brillo inicial.



Me llevé los tiradores para limpiarlos y dejé en Rodimu la consola. Han hecho un trabajo magnifico. Además han entendido mi forma de trabajar y a medida que iban dando 'pasos' con ella, Francisco me iba llamando para que me pasase y pudiese documentarlos fotográficamente, algo que agradezco ¡por la paciencia que han tenido conmigo y mis fotos!


Lo primero, me dijo, era hacer una prueba de lijado para ver si al quitarle el barniz brillo la madera respondía bien y así saber si se podría lacar después o escupiría la pintura nueva, cosa que todo sea dicho, de haber ocurrido hubiera sido un problema porque no había previsto un plan B. Una vez comprobado que no habría inconvenientes (menos mal), lo siguiente fue tapar con masilla los pequeños desperfectos e igualar la superficie. Y lijarla completamente.


Lo siguiente, proteger las patas y su estructura con cinta de carrocero, y proceder a lacarla con dos manos de pintura y una capa de barniz mate protector.

Entre tanto mi tarea era limpiar los tiradores. Y lo hice mientras hacía otro DIY. Dos por uno. Éste otro, del que os hablaré en la próxima entrega y que documentaré igualmente, lo he estado realizando con la inestimable ayuda de mi querido Eusebio Rico: una mesa de roble preciosa que al igual que la consola, le hemos dado tal cambio que no os vais a creer que sea la misma cuando veáis el antes y el después. Tuve un ratito en el que solo uno de los dos podía hacer cosas, así que mientras él lijaba mesa, yo limpiaba tiradores con un estropajo de acero. Frotando frotando, empezaron a volverse de un dorado precioso y brillantes brillantes. Aún así y por consejo de Eusebio, no se han quedado al completo como nuevos: en algunas partes estratégicas he querido conservar un poco de la huella de su anterior vida, y aunque brillantes, tienen un poco de pátina, que creo que se aprecia. Para finalizar, un barniz en spray que los conserve brillantes todo el tiempo posible. Para quien no lo sepa, el latón, como el bronce, tiende a oscurecerse muy pronto si no tiene uso (recordad cualquier estatua en cualquier ciudad italiana por ejemplo, en la que las partes que los turistas tocan por aquello de la suerte están doradas y pulidas y las que no, ennegrecidas y oscuras).


Consola lacada y tiradores limpios (¿habéis visto qué cambio?) Empezaba a tener otro (precioso) aspecto.


Rodimu me trajo de vuelta la consola y ahora le tocaba el turno a las patas. Y esa parte sí que fue DIY total. Lijadora eléctrica, aspiradora y mascarilla para el polvo, patio (de mi casa) para buena ventilación, consola bocabajo sobre una mesa, toalla para protección y evitar golpes en el lacado, Emilio haciéndome compañía (qué pesado es a veces un gato) y... ¡La paciencia de mis vecinos por el ruido!



Se aprecia perfectamente el cambio de color, ¿lo veis? Ese barniz color avellana desapareció y poco a poco fue viéndose el verdadero color de la estructura de las patas, un tono precioso de madera cruda, que era lo que yo justamente buscaba. Solo un par de mañanas han sido necesarias. Sábado y domingo lijando, cuidando las esquinas, los rebordes y salientes. Y varias pasadas, hasta quitar todo el barniz. Una vez terminado, quité el polvo residual con un paño seco y (que me perdonen los puristas si eso no se hace), le di un leve repaso con un spray limpiamuebles (aplicado en el paño, ojo, no en el mueble) para terminar de dejar limpia la superficie de cualquier resquicio de polvo.


Porque por último, el toque final de protección. El encerado de la madera.


Han sido suficientes un par de capas. Con el calor que ya hace, el secado ha sido rapidísimo. El encerado es importante sobre todo después de haberla lijado ahí a lo bestia, algo tan agresivo para dejar la madera vista desnuda, así que sin esa protección lo 'mejor' que podría ocurrir en el futuro iba a ser el deterioro de la estructura y las patas. Yo he usado cera incolora pero las hay con tonos de color. En mi caso como os he dicho, la idea era ver el mueble con el color de la madera cruda. Y pasar un paño limpio y seco para dar brillo a la cera. C'est fini.

Y por fin, el resultado. El before and after.


Del DIY me he encargado yo, pero María os lo contará también en su blog, junto con todas las cosas que estamos contando bajo el hashtag #proyectoBA. Por mi parte, deciros que queda muy poco para que la veáis en su ubicación definitiva. Estad atentos porque ¡os va a en-can-tar...!


¡Besos!

Un por cierto: Si os fijáis en una de las fotos del momento lijado-de-patas (esquina inferior derecha) hay una pequeña marca, un desgarrón en la pintura blanca... Mea culpa: un mal toque con la lijadora, un descontrol momentáneo, un yoquesé... Lo he dejado como huella indeleble de todo el proceso, he decidido no taparlo. Como recuerdo de que hay que extremar el cuidado hasta en lo más insignificante, cuando se trabaja con herramientas: vaya ahí mi advertencia.



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This retro 60's console is one of the goods I am using in the boutique's decor. In this post I'm explaining the makeover from a old-retro furniture to a wonderful new-vintage one. Inspired by the nordic style the console is going to be one of the starring pieces when in its new place.

Please feel free to use a web translator to get the whole DIY. Thank you!











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